El Terremoto de Pisco de 2007 fue un sismo registrado el 15 de agosto de 2007 a las 18.40.57 UTC (18:40:57 hora local) con una duración cerca de 175 segundos (2 min 55 s). Su epicentro se localizó en las costas del centro del Perú a 40 kilómetros al oeste de Chincha Alta y a 150 km al suroeste de Lima, y su hipocentro se ubicó a 39 kilómetros de profundidad.

La ONGD IAE envió 10 especialistas en salvamento y desescombro junto con 4 perros adiestrados en la localización de supervivientes atrapados bajo escombro y 700 kilos de material de intervención trasladados a Pisco, ciudad arrasada en un 80%. Debido al tipo de material empleado en la construcción de las viviendas, las tareas de rescate resultan infructuosas, ya que las construcciones de adobe, material predominante en la zona afectada, ofrecen pocas esperanzas de vida, ocasionando la muerte por asfixia de la mayoría de los atrapados en las primeras horas tras el temblor.

Multitud de personas se afanan entre los escombros por recuperar los cadáveres de sus familiares, el trabajo del GELR se centró en la recuperación de cadáveres fundamentalmente para evitar accidentes provocados por los familiares que deseosos de recuperar los cuerpos de sus seres queridos ponen en riesgo sus propias vidas.

El 26 de diciembre de 2004 un terremoto de gran magnitud en el Océano Índico produjo un tsunami que arrasó varios países del sudeste asiático. Entre ellos Sri Lanka, siendo Galle uno de los distritos más afectados.

Ante la magnitud de la catástrofe, el Grupo Especial de Localización y Rescate de ésta ONGD se trasladó como parte del contingente de ayuda humanitaria de urgencia enviada por la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI).

Durante días los especialistas en rescate acuático y técnicos sanitarios prestaron auxilio a las víctimas directas del maremoto, centrando sus acciones en el distrito de Galle, uno de los más perjudicados, por estar ubicado en una franja costera. Tras varios días de trabajo en los que se atendió a los supervivientes, se realizaron evacuaciones a los campamentos de refugiados de las personas refugiadas en las partes altas de la población, apoyo a las autoridades sanitarias, restableciendo fluido eléctrico en el Hospital Comarcal de Galle, atenciones sanitarias y reparto de ayuda humanitaria, los voluntarios regresaron a España con la sensación de que aunque ellos hacían el viaje de regreso, en realidad el trabajo no había hecho más que comenzar.