Después del regreso de nuestros compañeros desplazados a Nepal, aún queda trabajo por hacer: cada voluntario implicado debe reorganizar su vida, recuperar el pulso a su trabajo, a la vida familiar… Quedan reuniones para analizar la intervención, potenciar los aciertos y extraer lecciones de los errores. Retomar los entrenamientos para responder a las necesidades de las personas allá donde se nos necesite. Reponer material, revisar el utilizado, ponerlo a punto para mañana.
Es en estos momentos cuando empezamos a ser conscientes de ciertos aspectos que, en los momentos álgidos de la intervención, dejamos a un lado para focalizarnos en lo prioritario y lo importante. Uno de esos aspectos es el enorme apoyo recibido durante toda la semana pasada, y que aún continúa.
Llamadas, mensajes, respuestas, comentarios, artículos, difusión… Literalmente, miles de personas felicitándonos, dándonos las gracias, pinchando un “me gusta” en Facebook o un “Favorito” en Twitter.
Cualquier muestra de apoyo es importante en los difíciles momentos de una intervención de estas características. Cuando se les transmite a los voluntarios sobre el terreno, les da fuerza y alegría en un entorno en el que hace mucha falta. A los que nos quedamos y trabajamos desde España, nos empuja a hacerlo aún más y mejor.
Mención aparte merecen los medios de comunicación. En un mundo de noticias, su labor informativa es imprescindible, y que decidan dedicarnos unos minutos nos parece de un valor incalculable. No por nosotros, no por la ONG IAE, sino por el pueblo nepalí, para hacer llegar a nuestro país la situación tan difícil por la que están pasando y que aún les queda por vivir. Ellos, los nepalíes, madres, padres, hijos, hermanos, amigos… personas como nosotros, ellos son los tristes protagonistas y hacia ellos debe dirigirse toda nuestra atención.
Nos llamáis “personas extraordinarias”, “héroes”, “corazones de oro” y tantas otras cosas más. Y nosotros nos sentimos total y absolutamente abrumados, porque no lo somos. Somos personas normales, con trabajos y vidas normales, que hacemos lo que nos gustaría que hicieran por nuestras familias si algún día vivimos una gran catástrofe en nuestro territorio (esperemos que no). Entrenamos, invertimos parte de nuestro tiempo libre y esfuerzo en esta ONG porque estamos convencidos que es nuestro deber ayudar a los demás. Hay muchas formas de ayudar, y los voluntarios de IAE han elegido esta.
Por todo lo anterior, queremos agradecer de todo corazón cada mensaje, cada comentario, cada artículo, cada muestra de apoyo recibida en tan difíciles momentos. Y deciros que seguimos al pie del cañón, trabajando para seguir preparados.
Un gran abrazo para todos.
Dpto. de Comunicación ONGD IAE
